viernes, 28 de junio de 2013

BIRMÀNIA, DE GENTES ACOJEDORAS

No acabarìa nunca de hablar de este hermoso Paìs, especialmente de sus gentes.
En sus Ciudades hay mercados al aire libre, de todo tipo de mercancìas, frutos, especias, ropa, etc, existe mucho gentìo, te confundes caminando si te descuidas puedes perder de vìsta a tus acompañantes de aventura, incluido el guìa, las calles estàn repletas de bicicletas, en algunas van las parejas solas, otras con niños, e incluso productos del campo, no sabes como pueden guardan el equilìbrio en tan solo dos ruedas, coches se ve alguno, lo que màs abuandan son comionetas, repleta de gente de pie que a veces van a vìsitàr las pagòdas.
Al ser un Paìs que ha estado aislado, al extranjero nos ven como algo exòtico, y muchos desean hacerse fotografìas con nosotros, a veces nos las hacemos mutuamente.
En un pueblo que estuvimos tuvimos que atravesar un lago, y en una de las orillas, habìa un poblado, lleno de gente, especialmente niños, al aparcar la especie de piragua, nos esperaban con mùsica con un sonido muy especial, tarareando una canciòn que no entendìamos, junto a los habìa un elefante alto como uno de verdad, dentro, unos hombres, bailaban al compas de la mùsica, algo inesperado, que no esperabamos, con unos turistas normales y corrientes..
Tambièn estuvimos en un cementerio de los Caidos Americanos, muchos jòvenes muertos, en esa guerra de Birmania, daba mucha pena tanto joven muerto.
Apreciamos a los grandes artesanos, habìa pinturas pintadas con aena, marionetas preciosas, cojines, pulseras de jade, etc, todo ello echo con su manos, objetos de platas cincelados, echos todo por la mano del hombre, telas, o pañuelos de seda, teñidos en cuencos en plan primitivo. Conocimos a una señora que solo tenia sesenta años,  parecìa de noventa, de envejecida, viven muy poco tiempo, es posìble que esa persona, fuera como una persona centenaria de Europa o Amèrica, me impresiono ver que estaba trabajando todavìa, pensando que era mas mayor.
Vimos a las mujeres jirafa, llevan unos collares en el cuello, que se los ponen desde pequeñas, y si se los quitan mueren.
En ese Paìs se puede decir que no hay carreteras, al ir a una Pagoda , estaba por el campo, tuvimos que cojer unas carretas, que solo habìa dos asientos, delante iba el conductor y una persona a su lado, detràs, se sentaba otra, al ser caminos con piedras, a veces pensàbamos que ìbamos al suelo,., solo tenìamos una cuerda larga para agarrarnos.., una de las veces al atravesar campos de arroz, que estaban regados, los caballos muertos de sed, hacìa mucho calor, iban directos al agua estancada de aquellos campos.., pensàbamos que nos ìbamos a hundir en el fango.., la pericia del conductor nos libro, de ponernos llenas de barro, nos dìo por reìr, cada piedra hacìa que ese carro, mas bien como una tartana antigua, diera saltos.., parecìa que ìbamos a salir volando, tuvimos la suerte que no fuè asì. Habìa un tren de vìa estrecha de la època que era colonia de los ingleses, algo desconocido, para nosotros, aun existìa.
Salimos hacìa Singapur, para cojèr el aviòn hacìa España, un Paìs todo moderno lleno de rascacielos, y Ferràris, le han ganado un trozo al mar,  hay como una especie de lago inmenso que no se ve la orilla, donde navegan barquitas etc, allì dieron  un espectàculo de luz y sonido, precioso, desde las barcas, habìa efectos especiales, nunca habia vìsto nada igual. Habìa un casino de juego, que no quise entrar para verlo, hubiera sufrido de pensar los dineros que malgastarìan ahì,  la gente que se arruinarìa, una galerìa de comercios espectacular, un hotel,  no estuve en el,  si en su terraza del ùltimo piso,  se divisaba esa especie de lago sin orilla que le habìan ganado al mar, fuè un contraste de un lugar a otro, la vìsìta a ese Paìs fuè de paso,  merecio la pena." SUS GENTES NUNCA LAS OLVIDARE, ESPECIALMENTE SU BONDAD Y SONRISA."




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