El buen tiempò nos ha invadido de repente, las gentes salen a la calle, van de compras a pasear, son como un torbellino. Sueñan con el mar, en su interior se ven en la playa navegando sin rumbo fijo, sintiendose aventureros capitanes de barco, siendo pescadores, estando màs cerca de la naturaleza, tocandola palpandola.
Escuchamos el trino de los pajaros, el canto alegre de las cigarras, cuando anochece un agradable ambiente nos envuelve, es la vida que palpita, en todo cuanto nos rodea, los grillos nos innundan con su mùsica la noche es más misteriosa.
Las montañas lucen sus mejores galas. estàn cuajadas de flores silvestres, plantas àrboles, de vez en cuando el viento mueve un poco sus ramas, son como unos brazos nos cobijaran.
Las ardillas corretean entre los matorrales. a lo lejos la silueta de un ciervo. està erguido, se siente el rey del bosque. Nuestras miradas se pierden en esa montaña llena de vida, siendo un todo, el àrbol, el mar, la montaña, esa diminuta flor silvestre, somos un eco que flota en el aire, pereteneciendo a esa gran familia que es la naturaleza
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